TALLER DE JUEGOS TEATRALES
Abrir la puerta al mundo del teatro...
El juego es el modelo más acabado de la comunicación humana y esta comunicación de lo lúdico es imposible reproducirla en palabras, es mucho más que palabras y no se puede adecuar al sistema expresivo verbal. Siendo “la palabra” el modo más común y valorado de la comunicación, se observa que en el juego la “acción pura” recupera y revaloriza otros lenguajes. El juego es dimensión humana definidora.
La característica que permite distinguir una actividad lúdica de otras que no lo son, sería la creación de una simulación imaginaria. La aparición del componente de ficción del “como si” es la esencia del juego.
En el juego no importa el resultado sino el proceso.
El que juega regenera sus lazos con el cosmos y toca el misterio.
Jugar es establecer una relación abierta con un mundo abierto e ilimitado.
Para jugar necesitamos desgarrar el velo que se interpone entre uno y el universo, entre uno y el entorno infinitamente rico, siempre distinto y misterioso que se nos pasa por el alto ajetreo diario. El jugador se planta frente a la realidad como un explorador que pisa por primera vez tierra desconocida y establece una relación abierta con el mundo ilimitado.
Entre los adultos el juego supone una ruptura con la conducta habitual, una especie de tregua para cuyo disfrute ha de romper con numerosas ataduras. Se juega por el placer de jugar, por el juego en sí.
El ser voluntario y no perseguir un fin determinado es lo que da al juego el carácter de libertad.